Retazos de la historia.
El cambio de sistema de evaporación (de forzada a natural) en el Valle Salado se produjo en torno al siglo I a.C. (hace unos dos mil años), cuando esta zona del norte peninsular se integró en el Imperio Romano.
En el 823, por ejemplo, se dio la aceifa (del árabe “verano” por producirse los ataques en período estival) de Abd al-Rahman II (Abderramán) recordada por las crónicas musulmanas de Ibn Idhari como la Campaña de Alaba, donde se saqueó la llanura alabesa, sus fortificaciones destruidas y liberados los prisioneros musulmanes.
Gobernando Muhammad I se repiten los ataques o aceifas en el 855 y 856. Otras tuvieron lugar en el 863 y 865, en ésta última asolaron los hispano-musulmanes Salinas de Añana. Pero Alaba nunca fue musulmana, sino “La puerta de la cristiandad”
Salinas de Añana es una villa medieval que fue fundada en el año 1114 por el Rey de Navarra y Aragón Alfonso I El Batallador.
La importancia de la Sal y la situación estratégica de la Villa hizo que el Rey de Navarra construyera su muralla defensiva antes los continuos ataques por parte de Castilla. Fué el primer pueblo alabés en recibir Carta de población y confirmado su Fuero en 1140 por Alfonso VII de Castilla una vez que se culmina la conquista Castellana.
Las causas que provocaron el preocupante estado de deterioro que presentaba el valle salado son variadas. Sin embargo, no hay que olvidar que, en realidad, se trata de una fábrica preindustrial, por lo que su devenir siempre ha estado ligado indisolublemente con su capacidad para la producción y comercialización de la sal. Es por ello por lo que se vio seriamente afectada con la crisis que sufrió el conjunto de las salinas de interior sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX. Periodo en el que se desarrollaron mejoras en las salinas costeras y en los sistemas de transportes que provocaron que este tipo de instalaciones perdiera toda su competitividad. Para demostrarlo, sólo hace falta exponer algunos datos. En 1950 había 5.648 eras de hacer sal en uso y 664 habitantes y en 1990 sólo se fabricaba sal en 300 eras y la población apenas superaba los 150 individuos.
Del esplendor al declive
El proceso de recuperación real del valle salado no se inició hasta 1998, cuando la Diputación foral de Álava puso en marcha una serie de actuaciones con objeto de generar las condiciones necesarias para frenar e invertir el proceso de deterioro y comenzar el camino hacia su puesta en valor.
Entre ellas hay que destacar la formación de la sociedad de salineros Gatzagak, mediante la que se agrupaba a la mayor parte de los propietarios
y se unificaban sus opiniones y requerimientos en un solo interlocutor. La actuación más importante acaecida a lo largo de estos dos años fue, sin duda, la puesta en marcha en el año 2000 del “Plan Director para la recuperación integral del Valle Salado de Salinas de Añana”. Plan que estaba basado en los buenos resultados obtenidos en la catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz.